En un andén
Me encontré con la desigualdad mental. Sentada, con una pierna menos a raíz de una infección gangrenosa, sucia, con cara de incredulidad y con la saliva colgando.
Que asco! pensé. Ese hombre es realmente repudiable.
No solo su aspecto físico era de intimidar, si no también, cualquier palabra que brotaría de su sucia boca. Grande, robusto, macetiado... la sencillez es lo último que pudiera pedir a ese hombre. No, no se puede conocer gente así... me deprime.
Que asco! pensé. Ese hombre es realmente repudiable.
No solo su aspecto físico era de intimidar, si no también, cualquier palabra que brotaría de su sucia boca. Grande, robusto, macetiado... la sencillez es lo último que pudiera pedir a ese hombre. No, no se puede conocer gente así... me deprime.