31 octubre 2005

Debilidades

Pufff... millones. Radican en mí, no hay debilidad en el otro.
Cuando los labios se abren y buscan pronunciar una palabra dulce dejan a merced todo los otros sentidos... esperamos la respuesta, el sonido suave, tibio. Cuando se abren los labios en busca de una respuesta nos volvemos débiles, tan débiles...contenibles en un solo abrazo, que deja la garganta seca y el corazón compungido. Hay tanto aire que me asfixia.